sábado, 4 de octubre de 2014

Declaración de principios



Pretendo amarte así,
De improvisto, así,
Sin mayores pretensiones
Dejándome sorprender por tus impulsos
Y los míos,
Sin horarios, ni destinos fijos
Tan solo los que tú y yo
Vamos fijando.

Amarte así, sin itinerarios
Para dejarme llevar
Mirando todo con detenimiento,
Sintiendo fluir, de a poco,
A tu ritmo, al mío,
Las cosas, la vida, los detalles.

Amarte libre,
Sabiendo que te perteneces
Que no te consumes
Estas ahí  y no
En medio de tu caos
Entre tu orden y tú, libre.

Amarte aún si frágil,
Si fuerte, si débil,
Si exhausta, enérgica o predecible,
Aún si eufórica o apática
Aún si irascible o en calma
Te acercas a mí o te alejas.

Amarte si te estremeces
O desesperas.
Si buscas refugio.
Amarte en todo instante
Y también así,
Sin presiones ni palabras vanas.
Los siempre y los nunca
Son los primeros en quebrantarse.
Habrá quizás y tal vez, sí,
En la espera de concretarse
Y más que falsas ilusiones,
Llenarte de certezas.

Más que promesas,
Contigo quiero hacer pactos,
Más que nada
Llenarte la vida de instantes.

Enamorarte cada vez que pueda.
Cuando corresponda.
Cuando me desdibuje.
A tiempo.
Porque sí, porque no,
Sin artificios
Ni artilugios,
Que el encanto sea natural
Del hechizo de tus ojos
La poción de tus labios.

Amarte así, de improvisto
Amarte así así
Amarte a ti.
Aprender a amar así en ti.

Pintar las paredes de su palacio



"No le gustaba estar en compañía. Pero sufría con la soledad. Así, para evitar la presencia de las personas, siempre más ruidosas e imprevisibles, de lo que podía soportar, y huyendo a la vez de la hueca inmensidad de las salas y salones, aquel príncipe había hecho pintar en las paredes de su palacio, escenas llenas de personajes, y con ellas se acompañaba" 

en Por una mirada de Marina Colasanti.