jueves, 24 de julio de 2008

Ebrio hasta las patas (Las chocoaventuras de Kermie 1)


El caso es que él estaba solo, había terminado con la novia y se sentía más aburrido que un sapo en una pecera. Y como era su costumbre se bebió más de 40 tequilas. Después fue el problema con la agüita amarilla... Y orinó y siguió bebiendo porque no podía olvidar aquel amor, porque por necio y desconfiado la había abandonado. Al día siguiente lo encontró su mamá nadando en un mar de sudor, licor y orines.