miércoles, 24 de junio de 2015

La conservación de los recuerdos



Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones." Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay una gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

Julio Cortázar.

martes, 23 de junio de 2015

Salto al vacío



Estando frente al abismo, la tomó de la mano y le dijo que saltaran juntos, que no tuviera miedo, que despejara la mente, tan solo confiara en él y saltaran. 

Y ella, sin creerle aún, lo miró y asintió. Justo antes de saltar, se soltó, prefirió quedarse en tierra. Decidió no mirar hacia abajo, no quería que la última imagen de él fuera verlo estrellado en el suelo. 

Tal sería su sorpresa cuando lo vio subir, volando hacia los cielos, lejos, hacia el horizonte. Quiso llamarlo pero no, supo que ya era demasiado tarde.