sábado, 27 de febrero de 2010

Hambre Electoral


Tengo hambre... de esas que le dan al pueblo colombiano cuando se prepara para las justas electorales, tengo hambre de lechona, tamal, arroz con pollo o cualquiera de esas delicias que sirven acompañadas de publicidad del candidato al senado, cámara de representantes, congreso, o sea lo que sea que se vaya a elegir, como si fuera la lechuga que se pone como decoración cuando se sirve una ensalada. Además de esos suculentos platillos, me dan también deseos de acompañarlos con una buena ración de aguardiente, el acompañante por naturaleza de la comida por esta temporada; así como un vino blanco acompaña a una buena ración de pescado, el aguardiente acompaña a la lechona electoral.

Sería bueno encontrar a un candidato a lo que sea que se dedicara a hacer campaña sólo con sus ideas, sin apoyarse en que pertenece al partido político del presidente (han de estar muy tristes por aquello de la inexequibilidad del referendo reeleccionista, Bazzinga!), ni que prometieran cambios que de verdad solamente son posibles en estos terruños del Sagrado Corazón si alguien toma el computador celestial y presiona Ctrl + Alt + Supr sobre nosotros. ¿No sería mejor no andar prometiendo el cielo, la luna y las estrellas como un enamorado preadolescente? Es que eso de andar jugando con el hambre del electorado, el constituyente primario, ir prometiéndole trabajo y empleo, o ir regalando cuadernos, lápices y borradores... no, eso no.

Y bueno, así sin más, sólo quería decir eso sin generar ninguna reflexión. Me voy, hoy tengo varias reuniones con candidatos cerca de mi casa, en una van a dar lechona, en otra van a repartir licor (aunque no debería tomar por mi gastritis), y otro va a regalar gafas para los que tenemos problemas de visión. Incluso uno quedó de ayudarle a un vecino a sacar la libreta militar. Amanecerá y veremos. Al parecer, la falta de ideas concretas y propuestas sólidas es suplida por un plato de comida. Panem et circenses.

martes, 23 de febrero de 2010

Mi vieja mula ya no es lo que era


Debo decir que el anuncio del cierre de Alterno Bar no me sorprende. La noticia que llegó a mi conocimiento por vía electrónica esta tarde vía MSM Messenger no me tomó por sorpresa ni me cayó como un baldado de agua fría.

Para que la gente que no sabe de que estoy hablo hoy voy a explicar. Alterno Bar ha sido a lo largo de muchos años (yo estimo que alrededor de unos diez) el sitio por excelencia de los jóvenes que no encuentran refugio en ritmos como la salsa o el reguetton, gente que gusta más de géneros como el rock, ska, punk, en resumen, gente alterna, de ahí el nombre. Y gracias a este antro muchos de nosotros (por no generalizar, por no decir que todos) pasamos muchísimos momentos inolvidables gracias a que pagabas la entrada, te daban un vaso plástico y podías tomar toda la cerveza que quisieras hasta la 1 a.m, hora en la cual ya todos estaban ebrios, borrachos, perdidos en los brazos del dios Baco, moviéndose en medio de una masa sudorosa, llena de olor a cigarrillo, que brincaba, saltaba, pogeaba 0 cantaba, mientras otros se dedicaban a tantear el terreno para las "artes amatorias posteriores de la salida", o dicho de otro modo: sexo con la nena que te acompañaba esa noche, fuera tu novia o no.

Y no fueron pocas las experiencias que todos los que lo frecuentamos en algún momento guardamos. Peleas, borracheras, cumpleaños, odios, amores. Alterno durante mucho tiempo fue casi como un punto de encuentro obligatorio para la gente de una generación que las noches de los viernes y sábados busca otras opciones de esparcimiento, aunque si ibas dos noches seguidas te dabas cuenta de que ponían exactamente la misma música.

No faltaba el fanático que iba cada fin de semana, ese que podías encontrarte si ocasionalmente ibas para allá. No faltaba la chica que decía que odiaba a los guardias de la entrada porque le tenían bronca. No faltaban los personajes que hacían trampa para poder entrar sin pagar (alguien pagaba y entraba mientras los demás esperaban afuera, luego ese alguien salía, le ponían un sello, luego iba donde los amigos y se untaban el sello, algo sencillo a primera vista).

Por diversos factores que no vale la pena mencionar ahora dejé de ir a Alterno, más o menos unos 4 o 5 años como mucho, hasta que el año pasado se dio la oportunidad de regresar gracias a que una compañera de trabajo llegaba a los 30 abriles y quería ir al sitio donde tantas veces la pasó rico. Decepción. Acostumbrado a más gente, a que cuando era la medianoche no podías ni entrar al baño a orinar en calma, a que no podías ni acercarte a la pista de baile, encontré que casi a la 1 am la cantidad de gente no superaba como mucho las cien personas. La pista vacía, la música mala... y si, fue cuando pensé (al puro estilo de Los Simpsons) que "mi vieja mula ya no es lo que era, ya no es lo que era".

Es posible que a Alterno le haya llegado la hora, ese es el ciclo de la vida, Hakuna Matata; todos sabemos que las cosas deben terminar en un buen punto, saber decir basta. Quizás se trate, como especulan muchos usuarios del FB en la página que se creó para protestar por su cierre, de una estrategia para atraer a la gente, cosa que no pudieron hacer bandas como La Pestilencia y Dr. Krapula. Y la verdad, apelando a una frase de la sabiduría materna familiar que dice: "Primero muerto que descolorido"... al parecer Alterno ya perdió ese color que tenía hace tiempo, así es la vida, mejor así creo yo.

jueves, 11 de febrero de 2010

Vacaciones forzosas

Durante estos días en los que me encuentro, por así decirlo, en una especie de vacaciones forzosas porque ando sin empleo he tenido que valerme de mil y un cosas para no aburrirme en casa mientras sale algo de trabajo.
Por fortuna he tenido a mano una buena ración de películas para ver, de todo tipo y género, sólo para mencionar algunas: Una mente maravillosa, Corazón Valiente (no, nunca me la he visto, ni cuando la dan los festivos en la televisión nacional), Memoria del Saqueo (un documental argentino), Atame de Almodóvar, Jesucristo Superestrella (un regalo atrasado de cumpleaños que alguien me dio), el niño de la piyama de rayas, la Ciencia del Sueño, Benjamin Button y I'm not There (basada en la vida y música de Bob Dylan). La lista la he ido reduciendo en la medida de la posible, a fuerza de que el filme termine siendo un bodrio insufrible, a fuerza de que otras películas se metan por ahí.

Además también he aprovechado para ver series que tenía pendientes, al menos ya voy por el capítulo 21 del anime de Bleach, y espero terminar la próxima semana con Ouran High School, para luego ver Shakugan no Shana y Death Note.
Libros? Sí, tengo una caja aún por leer, llena de muchos títulos como Moulin Rouge (basada en la vida de Toulouse-Lautrec), Rayuela (a pesar de que El Mantra me vaya a criticar), una antología de relatos fantásticos que desde que estoy en la universidad no he terminado de leer, un par de libros de ensayos, y con ganas de releer muchos otros.
Y si me aburriera me dedicaría a leer los cómics que he descargado de internet, que han hecho que tenga algo así como 5 dvds llenos de cosas de muchos artistas, no sólo lo comercial, sino alternativos y así.
Y a no ser que mis vacaciones forzosas duren eternidades, tardaré un buen rato en devorarme todo eso (considerando que cuando encuentro algo nuevo lo descargo).

lunes, 1 de febrero de 2010

Preguntas idiotas


Existen preguntas de preguntas, de esas que si se le pone algo de lógica, si se tiene lo más mínimo de malicia indígena (o "pastucia", astucia pastusa, como decía un profesor de mi colegio) ellas mismas por su naturaleza se responden. Lo peor es que en algún momento cualquiera las dice, incluso yo, por andar de lento, he preguntado cosas así. Aquí una buena muestra de esas preguntas idiotas y lo que uno en el fondo piensa:
1. LLegando a casa te preguntan ¿Ya llegaste?
Lo que provoca decirle es: No! Estoy en camino. Solo me adelanté para ver si estaba alguien cuando yo llegara!
2. Te acaban de robar, llegas a tu casa y le dices a tu hermano: ! Me acaban de robar ! Y él pregunta: ¿Quién?
Lo que provoca decirle es: No sé, es que estábamos tan apurados que no tuvimos tiempo de presentarnos.

3. Se te pierden las llaves y te ven desesperado, preguntan: ¿Pero donde las dejaste?
Lo que provoca decir es: ¿Sabes qué? Las dejé en el carro, pero me fascina andar de idiota por toda la casa buscándolas.

4. Después de tener el cabello largo, decides cortártelo, luego te encontrás con alguien y pregunta: ¿Te cortaste el cabello?
Lo que provoca decirle es: No... es que me creció la cabeza.

5. Estás en la fila para entrar al cine con tus crispetas, gaseosa, nachos, chocolatinas y un perro caliente y te encuentras a un tu amigo y te pregunta: ¿Vas a entrar al cine?
Lo que provoca decirle es: ¿Es que sos bobo? Es que voy a revender todo esto dentro del cine; es buen negocio sabes?

6. Típico: Vas caminando de prisa para llegar a tiempo a determinado lsugar y de pronto te caes por las escalera. Estás en el suelo, te sobas, estás muerto de dolor a punto de llorar, y tu amigo, te dice: ¡Aayy! ¿Te caíste?
Lo que provoca decirle es: ¡N'ombe, que va, 'toy practicando pa' una fractura!

7. LLegando a tu casa bajo un tremendo aguacero, después de haber caminado como mula. Estás mojado por completo y te preguntan: ¿Te mojaaaste?
Lo que provoca decir es: ¡Noooo... es que quise bañarme con todo y ropa!

8. Te llaman a tu casa y te preguntan ¿Donde estás?
Lo que provoca decir es: "No, compré 10 metros de cable de teléfono y ando en la panadería!"