Con el tiempo, con la experiencia que poco a poco (en algunos casos diría yo) se gana con las caídas, los tropiezos y el regreso a la marcha uno va aprendiendo que no hay nada más efímero que el amor eterno.
Además, que el mismo es una paradoja...
El otro te va a amar por siempre mientras la relación dure... o hasta donde su amor aguante...
Porque además el tiempo no cura todas las heridas, porque uno se encarga de arruinar (quiera o no) las relaciones...
Y al final se cae todo el cuento del amor, porque en últimas se termina odiando (en el peor de los casos) a esa persona que en principio lo era todo, un ser perfecto al cual se le aceptaban las boberías, los defectos que parecen bonitos al comienzo. Se termina todo y los héroes se mueren, no hay más pastel, no alcanzó la torta para todos, el hada madrina se olvidó de ti, las estrellas ya no te sonríen, velas rojas, muchas velas rojas.
Por eso, cuando alguien jura amor eterno miente...
Por eso, es mejor esperar que ese alguien te va a querer (sin importar si mucho o poco o nada, esa es otra cuestión) y punto. Para saber cuánto tiempo lo va a querer alguien a uno es necesario preguntárselo al tiempo.