Aunque esta nueva entrada que publico hoy vaya en contra de la primera parte (en resumen: las segundas partes generalmente no superan las espectativas de las primeras), un comentario de alguien en mi correo me hizo reflexionar algo:
"Solo sé que no conozco muchas segundas partes buenas, pero sería muy dificil seguir la vida sin saber que hubiese pasado tal vez esa sea la gran defensa de las segundas partes..."
Muchas veces uno ve la segunda parte de un filme por amor al arte, por pasión cinematográfica, por gusto, porque se tiene al menos la impresión de que las expectativas son muchas y ya se sabe a que atenerse con esa obra... e incluso algunos han visto una tercera parte tan sólo por saber ocmo se tiraron la historia de esa película. Alguien cierta vez me comentó que se vio Terminator III sólo por verla, porque bueno... incluso mencionó que Terminator II es mejor que la primera. Y ahora que lo pienso, para entender, comprender y apreciar toda la magnificiencia del Señor de Los Anillos se tiene que, como mínimo, ver toda la trilogía completa.
Al final, uno, como espectador, va a sentir la necesidad de saber al final como terminó la historia ¿Destruyeron el anillo? ¿Se casaron al final? ¿En qué quedó todo? ¿Pudieron detener la catastrofe final? ¿Si valió la pena tanto esfuerzo? ¿La pildora azul o la roja?
Entonces sí, a pesar de todo, a pesar de que quizás uno vaya a saber a qué atenerse, a pesar de que uno sabe que se van a cometer los mismos errores, que el cuento de la confianza rota, de que no va a ser lo mismo, que vale, que a lo mejor me lo merezco, bueno, pero mi voz no te la vendo y lo que opinen de nosotros, porque quizás la conciencia, el corazón, la mente o donde se aloje el amor va a decir que sí, que qué más da, por que no intentarlo, si al final el amor tiene que morir pues que muera entre los dos, eso es mejor a que quede vagando como alma en pena en un corazón solitario que se arrepintió de no haber continuado.
Gracias Lilo... hoy tenés toda la razón.