Cuando a uno le preguntan sobre las cosas que le producen placer, muchas veces piensa en grandes cosas, sin pensar en los detalles pequeños, que aunque puedan parecer insignificantes y pasen inadvertidos, nos llenan de gozo, nos dan una alegría que no sabemos apreciar.
Por ejemplo, no hay nada más placentero que:
- Urgarse la nariz a escondidas y sacarse un moco.
- Meterle a escondidas el dedo a una torta o un postre
- Sentir el olor a café o del cilantro fresco recién picado.
- Hacer pereza toda una mañana de domingo.
- Dejar que una chocolatina se derrita en nuestras bocas.
- Sentir como el viento nos despeina.
- Encontrar en un bolsillo del pantalón dinero con el que no contabas (o encontrarlo tirado en la calle).
- Jugarle una bromita a alguien o en su defecto, ser un poquito maldadoso.
- Que suene en la radio esa canción que tanto te gusta y no te sabes el nombre.
- Acostarse sobre la cama cuando recién cambiaste las sábanas.
- Oir el sonido de pisadas de hojas secas.
- Dejar salir un pedito que desde hace rato quería salir.
Y así la gente del común se queda porque es infeliz. Sí, la vida está compuesta definitivamente por pequeños placeres. Eso que ni qué.
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