martes, 23 de febrero de 2010

Mi vieja mula ya no es lo que era


Debo decir que el anuncio del cierre de Alterno Bar no me sorprende. La noticia que llegó a mi conocimiento por vía electrónica esta tarde vía MSM Messenger no me tomó por sorpresa ni me cayó como un baldado de agua fría.

Para que la gente que no sabe de que estoy hablo hoy voy a explicar. Alterno Bar ha sido a lo largo de muchos años (yo estimo que alrededor de unos diez) el sitio por excelencia de los jóvenes que no encuentran refugio en ritmos como la salsa o el reguetton, gente que gusta más de géneros como el rock, ska, punk, en resumen, gente alterna, de ahí el nombre. Y gracias a este antro muchos de nosotros (por no generalizar, por no decir que todos) pasamos muchísimos momentos inolvidables gracias a que pagabas la entrada, te daban un vaso plástico y podías tomar toda la cerveza que quisieras hasta la 1 a.m, hora en la cual ya todos estaban ebrios, borrachos, perdidos en los brazos del dios Baco, moviéndose en medio de una masa sudorosa, llena de olor a cigarrillo, que brincaba, saltaba, pogeaba 0 cantaba, mientras otros se dedicaban a tantear el terreno para las "artes amatorias posteriores de la salida", o dicho de otro modo: sexo con la nena que te acompañaba esa noche, fuera tu novia o no.

Y no fueron pocas las experiencias que todos los que lo frecuentamos en algún momento guardamos. Peleas, borracheras, cumpleaños, odios, amores. Alterno durante mucho tiempo fue casi como un punto de encuentro obligatorio para la gente de una generación que las noches de los viernes y sábados busca otras opciones de esparcimiento, aunque si ibas dos noches seguidas te dabas cuenta de que ponían exactamente la misma música.

No faltaba el fanático que iba cada fin de semana, ese que podías encontrarte si ocasionalmente ibas para allá. No faltaba la chica que decía que odiaba a los guardias de la entrada porque le tenían bronca. No faltaban los personajes que hacían trampa para poder entrar sin pagar (alguien pagaba y entraba mientras los demás esperaban afuera, luego ese alguien salía, le ponían un sello, luego iba donde los amigos y se untaban el sello, algo sencillo a primera vista).

Por diversos factores que no vale la pena mencionar ahora dejé de ir a Alterno, más o menos unos 4 o 5 años como mucho, hasta que el año pasado se dio la oportunidad de regresar gracias a que una compañera de trabajo llegaba a los 30 abriles y quería ir al sitio donde tantas veces la pasó rico. Decepción. Acostumbrado a más gente, a que cuando era la medianoche no podías ni entrar al baño a orinar en calma, a que no podías ni acercarte a la pista de baile, encontré que casi a la 1 am la cantidad de gente no superaba como mucho las cien personas. La pista vacía, la música mala... y si, fue cuando pensé (al puro estilo de Los Simpsons) que "mi vieja mula ya no es lo que era, ya no es lo que era".

Es posible que a Alterno le haya llegado la hora, ese es el ciclo de la vida, Hakuna Matata; todos sabemos que las cosas deben terminar en un buen punto, saber decir basta. Quizás se trate, como especulan muchos usuarios del FB en la página que se creó para protestar por su cierre, de una estrategia para atraer a la gente, cosa que no pudieron hacer bandas como La Pestilencia y Dr. Krapula. Y la verdad, apelando a una frase de la sabiduría materna familiar que dice: "Primero muerto que descolorido"... al parecer Alterno ya perdió ese color que tenía hace tiempo, así es la vida, mejor así creo yo.

1 comentario:

oscar dijo...

Zas, pues sea verdad o mentira, guardemos un minuto de silencio... Digo, no lo conocí, pero por tu crónica parece que era buen lugar
Este viernes Nalgas Frías 8