miércoles, 5 de marzo de 2014

Llueve



Llueve y la gente huye del agua. Llueve y todos buscan refugio, pero estoy acá, en la mitad del camino, y no me importa que la ropa de a poco, como sea, al ritmo en que llueve, se humedezca, se emparame... no, no me importa, estoy aquí, bajo este diluvio y pienso en vos Sofía Krauss, en vos y nuestra historia bajo esa épica lluvia, cuando todos estaban lejos y como por cosa de la suerte o del azar, vos y yo nos quedamos bajo esa ya lejana y olvidada lluvia y se nos ocurrió (prefiero el "nos" porque en últimas no vale la pena establecer quién tomó el impulso, no) acercarnos, buscarnos con los labios y besarnos, cuando tomé tu rostro con mis dedos y corrí tu cabello, te aferraste a mí... qué segundos tan líquidos Sofía. Y ahí estábamos, así como estoy ahora, mientras llovía, mientras llueve... ese fue el inicio de nuestra historia, de nuestra lluvia... y después de vos no volvió a llover igual.

No hay comentarios: