martes, 27 de enero de 2015

Trátame suavemente



Siempre hay un momento en cada relación humana en que las cosas se ponen, por decirlo así, difíciles. Y decir adiós no significa que no se ame sino, por el contrario, puede ser una muestra de amor desmedido, comprensivo, sin ataduras, incondicional. Amar también significa saber dejar ir en el momento indicado, si no sos feliz a mi lado ¿Qué puedo hacer más que decir adiós?

Es, si me permitís decirlo, corazón, saber hacerse a un lado.

A mi modo de ver las cosas, el nosotros que creamos a partir de lo que tu y yo somos fue poco convencional. Y no es malo, no. Cuando digo poco convencional me refiero a que supimos amoldarnos, que hicimos un buen equipo, un linda pareja, de esas que aprenden a encontrarse en sus afinidades, que de sus desencuentros hacen un motivo para conocer aún más al otro, de esas que no peleaban porque sí, que cometían errores pero se corregían, sí, funcionábamos a nuestro propio ritmo.

Pero aceptemos que cada quien trae consigo un universo por dentro... y tu universo tenía un dolor que debías y necesitabas sanar. No estoy negando que mi universo tenga sus propios demonios, porque tú, tu sabes que los tiene, pero yo aprendí a convivir con los míos y ellos conmigo, y aprendí a sobrellevar la carga del pasado, que la historia viaja con uno, que no se puede olvidar porque si lo hiciéramos cometeríamos los mismos errores de antes y no, así no se puede.

Entonces, ya sabes, es eso. Me hago a un lado para que arregles tus cosas sin la presión de tenerme cerca. Así, de ese modo, sin esperar más que espantes tus fantasmas, así es que te quiero.

Recuerda que cocinas delicioso, que en la sala de cine a la que acostumbramos a ir casi nunca hay nachos con queso, que por tu casa no se consigue el queso cheddar que tanto te gusta, que no tienes porqué discutir con tu hermana -simplemente dejala ser-, que el color negro es un color que te queda espectacular y que te ves aún más hermosa de lo que eres vistiendo de negro, que comer tanta golosina en la noche te cae pesado y que si tomas café luego no puedes dormir. No te olvides de tener paciencia cuando no entendés algo, es mejor si das un respiro, te oxígenas un momento y luego retomas, así no te frustras tanto; recuerda, además, que tu pareja debe ser tu equipo, tu apoyo en todo momento y que en tus momentos de angustia debes ser capaz de confiar en el otro.

Y que en la distancia, no lo olvides, estaré yo deseándote siempre dulces sueños.


(Y esta es la canción que está detrás del texto de hoy)

2 comentarios:

AV dijo...

Bonito escrito, gran historia.

A todos nos ocurre en ocasiones, escribir una canción cuando vemos a un dictador hablar por la televisora nacional o simplemente, cuando vemos en el corazón que ya no hay lugar para lo fundamental.

Encontrar nuestra propia aflicción...

http://youtu.be/yeY81At_6L4

Andrea de Beauvoir dijo...

Llegué aquí buscando otra cosa, leí esto y lloré, tantos recuerdos.

Luego, con la voz de Cerati me sequé las lagrimas y escribí esto que creo no tiene un punto muy claro, solo que gracias por decir cosas bellas, por la historia y pues que aquí me quedo.

A.