martes, 22 de enero de 2008

Postales para mis amigos: Jonathan



¿Cómo decirle a la gente que quieres que la quieres?


En la distancia, mientras estás en un país ubicado en la esquina del mundo, con frío, acá en una ciudad de un país del trópico, El País del Sagrado Corazón, arriba de la Línea de Ecuador las cosas siguen su rumbo. El viento pasea entre los edificios de esta ciudad, los vehículos circulan por las mismas empolvadas calles, cada mañana amanece un muerto en alguna esquina, siempre el mismo techo blanco en el mismo lugar conocido. Pero no todo es normal; algunos amigos se han distanciado, algunos tienen una vida diferente, no hay tiempo para el encuentro espontáneo de las viejas amistades; algunos espacios vacíos han sido llenados por otros, otros son imposibles de llenar.

Sí, hubo momentos divertidos, no puede negarse, sin embargo queda la sensación de que si hubieras estado pudieron ser mejor. Hay cervezas que se toman en tu honor, por tu felicidad y el bienestar de tu nueva familia y sólo nos resta recordar con nostalgia esos instantes que a tu lado vivimos. Y nos reímos, bebemos, brindamos. Nos haces falta y te extrañamos, lo sabes.

These days - the stars seem out of reach
But these days - there ain't a ladder on the streets
These days - are fast, nothing lasts in this graceless age
Even innocence has caught the midnight train
And there ain't anybody left but but us these days


En aquellos días la felicidad se escondía en el fondo de una cerveza, mientras en una de las manos de uno de ellos un cigarrillo llegaba inevitablemente a su muerte y los oídos se deleitaban con un buen clásico del rock. Es difícil recordar cuál era el tema de conversación en aquella mesa donde estaban reunidos un muchacho delgado en extremo, otro de gafas y una rubia de cabello ondulado. Corría el año 2001, ellos estaban en once, a punto de terminar el colegio y entrar a la universidad, a seguir sus propias vidas por separado. En esa época el amor parecía la única complicación de la vida. No había deudas, presiones, ansiedades, ni prisa por encontrar empleo. Era una tarde de un sábado que parecía eterna.


I promised myself I wouldn't weep
One more promise I couldn't keep
It seems no one can help me now,
I'm in too deep, there's no way out
This time I have really led myself astray

Runaway train, never going back
Wrong way on a one-way track
Seems like I should be getting somewhere
Somehow I'm neither here nor there


Años más tarde era otro el motivo de la reunión. En la noche de un viernes estaban reunidos cuatro personas: el muchacho delgado en extremo, el de las gafas, uno de ojos algo rasgados y una morena de mediana estatura. La rubia no estaba -se había distanciado cuando se graduaron del colegio- pero ese no era el porqué de sus tristezas. Uno de ellos, el delgado, se iba para otro país no en busca de un mejor trabajo, no se iba de intercambio ni a adelantar estudios de postgrado. Viajaba porque allá, en un país de clima frío al sur del continente, estaba el amor de su vida: una argentina que le había robado el corazón a lo largo de dos años de un amor a distancia y por Internet. La felicidad, que acostumbraba a esconderse en el fondo de la cerveza, no acudió a la cita en ese momento. Dolía la partida pero ellos, los que se quedaban, sabían que su amigo sería feliz porque para serlo se necesita ser egoísta en determinado momento, dejar todo atrás e ir tras lo que se anhela. Ellos, sentados en una mesa de un bar oscuro y melancólico, no sabían cómo expresar en palabras el dolor que llevaban por dentro. Era la noche de un viernes de octubre del año 2006 que se deshizo rápidamente entre las arenas del tiempo.


Quizás nadie entre nosotros recuerde esos momentos, quizás esas evocaciones sólo me pertenezcan a mí. Quisiera poder decir que hemos madurado. Quisiera decir que todos estamos bien, que todo nos sale a las mil maravillas, que la vida si es de color de rosa, que nuestros héroes aún nos siguen salvando, que no derramamos lágrimas y no tenemos preocupaciones. Tan sólo con certeza puedo decirte que en la distancia, en el paso de los días y las noches, a pesar de la gente que se va encontrando en el camino, contra el viento, los designios del cielo, aún sigues siendo mi mejor amigo y que eso no va a cambiar.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

es verdad, la vida solia ser mas sencilla antes... anhelo k volvamos al tugurio ese algun dia, los k somos.

Fleur Rarity dijo...

Diego Alejandro a.k.a Ganado's King (Besado por una ninfula) dice:
si dejas un comment saeria bien
Fleur dice:
no, no tengo blog
Fleur dice:
bah, tengo
Fleur dice:
pero paja loguearme.
Fleur dice:
Lo q escribiste es muy triste
Diego Alejandro a.k.a Ganado's King (Besado por una ninfula) dice:
no.. un comment en mi blog no te cae mal

Ahi tenes mi comentario, entre las lineas de MSN

Anónimo dijo...

aunque sea dificil no es imposible para vos volver a compartir esa cerveza, charlas y demas cosas con tu amigo, y aun a la distancia podes contar con el y eso es lo bueno, quisiera poder decir lo mismo de mi, yo perdi a mi mejor amigo en un accidente de transito y te puedo decir que de eso no te recuperas, "mejor amigo" hay uno solo y no se lo puede reemplazar. esta muy bueno lo que escribis.