No hay nadie en todo el mundo que no haya pasado por esta. Ni estrellas del cine, ni rockeros, ni top models, cuando digo nadie es NADIE. A todos en algún momento de la vida nos han cogido el corazón y lo han tratado como la cerámica fina de una mamá, puesta en una repisa, y que golpeada por un balón de fútbol cae al suelo volviéndose "damier". Y eso no tiene superbonder (mejor dicho, pegamento) que lo arregle, por más que uno quiera arreglarlo quedan las marcas.
Una tusa de amor (como suele llamarse al período posterior de un rompimiento sentimental) transforma a cualquiera. Vivir se convierte en un drama, la sonrisa se pierde de los labios (y así usted sonría es una sonrisa triste), en cualquier momento se salen las lágrimas y todos lloramos como cualquier protagonista de telenovela de las 3 de la tarde (que es cuando las novelas son más tediosas y sufridas). Para nadie es fácil superar una traga. Sin embargo, existen un par de métodos y cositas que se pueden hacer para salir de esa etapa.
Los primeros días está permitido llorar y lamentarse. Llore todo lo que quiera, flagelese todo lo que pueda, pero sin exagerar. "No hagas de esto un musical de Lisa Minelli, dijo la mamá de los Harper. Sólo un par de días, máximo una semana, procurando que el tiempo sea proporcional a la cantidad de tiempo que duró la relación (estoy a la espera de que algún científico desarrolle una fórmula para calcular el tiempo adecuado). Llorar 5 meses por una relación de 1 o 2 meses es no tener vida social.
Se recomienda que durante ese mismo lapso de tiempo se escuche, oiga y cante a todo pulmón, cuanta canción de despecho y desamor exista sobre el planeta, porque si de llorar se trata se debe hacer a moco tendido, hasta que cuelgue moco de la nariz y los rojos queden bien rojos. Para iniciar, se pueden entonar con clásicos de Los Bukis como "pero recuerda, nadie es perfecto y tú lo verás, tal vez mil cosas mejores vendrán pero un cariño sincero jamás" hasta temas como "rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho". Aquí todo se vale.
No crea en eso de "un clavo saca otro clavo", intentar olvidar a alguien por este método es un mero pajazo mental. Además de un ligero sentimiento de culpa, que no debería sentir, tenderá a comparar a uno y otro, ella hace esto, la otra no; él me besa con pasión, el otro no. Mejor evite el dilema. Quietico le va mejor.
Una vez pasado el tiempo prudente, se recomienda buscar uno de esos amigos todo destino, de esos con los que no se sabe donde se va a terminar el día, de esos con los que uno sale a tomarse una cerveza en un bar y amanece en un bus rumbo a otra ciudad; de esos que están dispuestos a todo, incluso de tirarse de un puente colgante, practicando bungie jumping. Si usted quiere irse a bailar vayase con él. Si quiere tomar hasta que el hígado deje de funcionar hágalo. Si prefiere caminar sin rumbo fijo bien pueda. Paralelo a esto, mientras habla con su amigo, desahóguese, hable mal de su anterior pareja, insúltela, pero sin excesos, no abuse. Aproveche la oportunidad para hacer cosas que no podía hacer antes, es buena terapia.
Y por último, córtese el cabello, compre ropita nueva, cambie de look. Aparte de darse otra imagen, puede aprovechar para conocer nueva gente. Así, cuando menos se lo espere estará rodeado de otras personas, estará en otro ambiente y ya ni pensará en quien lo hizo sufrir. Ahora, si por más que intenta no logra hacerlo, coja el directorio telefónico, busque un psicólogo con bonito anuncio y gaste un buen billetín en terapias.
Este texto se lo había prometido hace tiempo a Tikkiander, cuando en ese momento tuvo un amor para olvidar... pero aprovecho la ocasión para agradecerle a mis amigos que en su debido tiempo estuvieron ahí en una situacíón similar.
Y por último, córtese el cabello, compre ropita nueva, cambie de look. Aparte de darse otra imagen, puede aprovechar para conocer nueva gente. Así, cuando menos se lo espere estará rodeado de otras personas, estará en otro ambiente y ya ni pensará en quien lo hizo sufrir. Ahora, si por más que intenta no logra hacerlo, coja el directorio telefónico, busque un psicólogo con bonito anuncio y gaste un buen billetín en terapias.
Este texto se lo había prometido hace tiempo a Tikkiander, cuando en ese momento tuvo un amor para olvidar... pero aprovecho la ocasión para agradecerle a mis amigos que en su debido tiempo estuvieron ahí en una situacíón similar.