viernes, 27 de agosto de 2010

There isn't stars but you




- ¿Uno en qué debe pensar mientras ve las estrellas?

La pregunta la tomó por sorpresa, aunque sabía que él no era de esos tipos que suele sentarse en medio de una cancha de fútbol, en silencio, a ver las estrellas. Lastimosamente, a causa de la lluvia de la tarde el cielo estaba nublado, tal vez este no era el día para ver el firmamento.

- No, no sé, uno no debe pensar en nada en específico, lo que debes tratar de hacer es dejar tu mente en blanco y que ella sola te vaya guiando.

Él se recostó en el hombro de ella, intentó tomarle la mano pero ella la apartó. Por un instante, él apartó su mirada del cielo, titubeó un poco, tomó un poco de grama húmeda con sus dedos, una palabra se le quedó atravesada en la garganta, prefirió callar porque se dio cuenta de que no sabía pedir perdón.

- Levantate, no perdamos más el tiempo - dijo ella mientras se ponía de pie y se limpiaba el pantalón.

Cuando se fueron el cielo estaba despejándose un poco y sin que ellos lo hubieran notado se comenzaron a divisar las primeras estrellas de la noche.

viernes, 20 de agosto de 2010

People of a certain age


No se a qué edad exactamente se puede decir que los seres humanos comenzamos a envejecer, si consideramos que desde nuestro nacimiento la vida es un camino directo al envejecimiento, la vida a pasos de tortuga nos va cambiando y no nos damos cuenta.

De repente, son cada vez más frecuentes las invitaciones a tomar un café con tus amigos, y cada vez menos frecuentes las cervezas para cuando se tiene sed. Se vuelve habitual en una conversación (bien sea por celular o por msn) la frasecita "¿Y ese milagro?" o su variante "Hace tiempo que no nos vemos", una promesa de encuentro que inicia con "tenemos que hacer algo en estos días", "vea, no se pierda tanto" o similares.

Antes en las discotecas o bares la batería nos duraba bastante, en algunos casos hasta más allá de las 5 am. Y ahora, entre la 1 am y las 2 am el cuerpo comienza a apagar los órganos, uno a uno, como las máquinas de una fábrica que termina su jornada de trabajo. En ese punto nuestra cama, o en su defecto cualquier colchón cómodo se vuelve el mejor lugar del mundo. Y mientras bailas, hablas o simplemente pasas el rato piensas que fue un día largo, que toda la semana estuviste trabajando como mula y que te duelen los pies. O simple y llanamente te maluquias antes de hora, antes de lo acostumbrado.

Comienzas a cuidar tu alimentación y en tu cuarto son cada vez más frecuentes los productos para evitar la caída del cabello, humectar la piel, evitar las arrugas, remedios para la migraña, pastas para la gastritis. Antes te comías una hamburguesa bien gruesa y quedabas bien, ahora es toda una odisea hacerlo. Cada vez hay más cabello en el suelo y no en donde debería estar. Cada vez sitúas más lejos una revista para leerla, llegará el punto donde la mirada genital (situar el objeto a la altura de éstos) sea necesaria para leer cualquier cosa.

De a poco te vas enfrentando a la muerte, se van tus familiares, se mueren tus ídolos y un día te sorprendes en la misa de aniversario de un amigo del colegio. Los recuerdos son más difusos, el calor se hace más insoportable y nos vamos llenando de achaques, resagos y cicatrices producto de las cirugías y enfermedades que padecemos...

Y la frase para comentar cualquiera de estas situaciones es "yo ya no estoy para estos trotes". En ese punto ya podes considerarte más de allá que de acá. Pilas con la caja de dientes, el bastón y las bifocales.

viernes, 6 de agosto de 2010

Adiós al capataz


El día de hoy, 6 de agosto de 2010, la familia del capataz de la finca está empacando todo. En la alcoba matrimonial está Lina, la esposa del capataz, empacándole los calzoncillos y las medias en una maletica de Fanta (tan populares en Colombia en los años 80), mientras en la casa Tom y Jerry, los hijos de la pareja, envuelven en papel periódico las porcelanas de la casa.

"Tengan cuidado con los paticos que van encima del televisor" les dijo Lina, "esos son recuerdo de cuando su papá compró la finca hace ocho años". La cabeza de la familia, don Álvaro, está recostado en la hamaca, cansado porque días antes de irse de ahí mandó a construir una carretera de acceso a la finca y por fin supo a quien entregarle el contratico, uno de sus tantos amigos que durante estos añós lo favoreció.

A su lado aparece Arias, uno de sus mayordomos y le dice que si quiere comerse unos huevos pericos. "No, esos tres huevitos que están en la alacena son pa'l nuevo capataz que mañana viene. No se lo vaya a comer Arias". Y antes de que el mayordomo se vaya, don Álvaro le alcanza a decir "Ordeñeme unas vaquitas para el desayuno de mañana y prepareme unos dos galones pa' llevar pa la nueva casa".

Lina, por su parte, está preocupada porque a la caja que tenía destinada para los sombreros de su marido ya no le cabe un sólo sombrero más y tampoco queda espacio en la caja donde está empacando las guayaberas. También le preocupa porque ya no hay más maletas para guardar la ropita. Se oye un ruido. "Tom, Jerry, les dije que cuidado con las porcelanas". Pero los niños no habían sido, ellos estaban empacando el juego de monopolio que jugaban con su padre, cuando él no estaba ocupado jugando al Risk versión "Colombia, Venezuela, Ecuador".

Faltaba poco por terminar de empacar. Pero don Álvaro, al ver a su familia cansada de tanto trajín le dijo a Arias: "Dígale a JuanMa que en estos días venimos a recoger el tapetico del baño y un reciclaje que los niños tienen en la caseta". Caía el sol en la finca y por fin, después de ocho años, el capataz dijo adiós.

jueves, 5 de agosto de 2010

Oración por Marilyn Monroe por Ernesto Cardenal


Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial


Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo
en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones


Señor
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.
Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.


Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.


Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y se apagan los reflectores!
Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.


La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.


Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)
¡contesta Tú al teléfono!

The Original Blondie

Gladys Pearl Baker jamás se imaginó que tendría una hija a la que llamaría Norma Jeane Baker,  la cual nacería el 1 de junio de 1926 y se convertiría en todo un ícono, que traspasaría las barreras y se convertiría en un mito del cine. Para nada pensaba que la vida de esta pobre e inocente criatura sería tan ajetreada, tan dura, tan díficil en sus primeros años, que pasaría de adopción en adopción a varias familias y que sería abusada en dos ocasiones. Tanto así, que la pobre e inocente criatura tendría que casarse a los 16 años para evitar ir a un orfanato.

Sin embargo, por esos giros del destino, gracias a unas fotos tomadas por Henry Manukyan en 1945, iniciaría su carrera como modelo, y a partir de ahí comenzaría su carrera para ser una de tantas estrellas del firmamento hollywoodense. En 1962, ella, Norma Jeane, le cantaría el cumpleaños a un recordado Mr. President. 

La señora tampoco se imaginaba que el 5 de agosto del 62, a las 4:55 el jefe del departamento de policía de Los Ángeles recibiría una llamada de parte del psicoanalista de su hija indicando que ella había muerto. Pero aún era temprano para imaginar todo, apenas Gladys se estaba enterando que estaba embarazada.