Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir... y al fin andar sin pensamiento... perfume de naranjo en flor, promesas vanas de un amor que se escaparon con el viento... después ¿Qué importa el después?
lunes, 23 de noviembre de 2015
Una puerta siempre abierta
Es como si estuviera frente a una puerta, una puerta por demás abierta, una puerta que siempre ha estado abierta y que poco me he interesado en detallar, en observar. Es como si me acerca a ella, despacio y al asomarme y ver y sentir el infinito, la inmensidad, una voz dijera que cerrara los ojos y siguiera, que confiara, que todo va a salir bien. Ya di el primer paso.
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