martes, 30 de agosto de 2016

A la memoria de Jairo Aníbal Niño



Supe que te amaba -más allá de toda duda- el día en que estabas colocando un clavo en la pared y te golpeaste con el martillo y a mí me empezó a sangrar el dedo pulgar. (A la memoria de Jairo Aníbal Niño)

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