Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir... y al fin andar sin pensamiento... perfume de naranjo en flor, promesas vanas de un amor que se escaparon con el viento... después ¿Qué importa el después?
martes, 23 de agosto de 2016
Relajar el pony
El mundo es, a veces, ocasionalmente, un lugar despiadado, frío, duro y cruel. Y no te queda mucho tiempo para hacer las putas cosas que querés hacer. Y se te llena la cabeza de preocupaciones, de ideas, de todo lo que tenés que hacer mañana y pasado y la otra semana y todo lo que se viene encima. Y nada.
Quisiera decirte que todo tiene solución, pero no me gusta mentirle a la gente. Deberías relajarte. Vivir el maldito ahora y mandar para la mierda todo lo que tenés pendiente, al menos una noche, quedarte en silencio, respirar y disfrutar del silencio y la compañía. Relajar el pony. Ver la película que tenés en frente, reírte, comer crispetas, volver a reírte, reírte si te vuelven a dar ganas. Las ocupaciones van a seguir ahí, esperándote igual. Relajar el pony. Viajar por la noche, la ciudad. Ir en el transporte público, por fortuna sentado, y oír algo de Soda y Cerati. La ciudad de la furia. Sonreír. Relajar el pony. Sonreír.
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