Esto que escribo hace parte de esos recuerdos de la infancia / inicios de la pubertad y que, inspirado por un lado por sucesos recientes, y por el otro, algo que leí en el blog del Apóstol de la Elocuencia me decidí a hablar...
Todos sin excepción alguna tenemos un amor platónico, alguien por el cual suspiramos, botamos la baba, y que ansiamos conocer, ya sea un famoso del cine, de la tele, y en mi caso de la radio. De la mujer que voy a hablar puede decirse mucho, que es muy talentosa, que es hermosa, que es encantadora, que desde niño la oía en la radio (aunque no recuerdo desde qué edad...) y además la veía en la tele.
Ana María Bayer siempre me había (y me parece) una de las mujeres más bonitas que pueden haber nacido en estas tierras del Sagrado Corazón de Jesús. Una morena con una sonrisa única, con un cuerpo que muchas llegaron a envidiar y una voz que marcó una etapa en la radio caleña, al punto de que comenzaron a decir, al estilo de la empresa de medicamentos, "si es Bayer es buena".
Algunos domingos (cuando aún la decisión del uso de mi tiempo libre dependía de mis padres) nos llevaban como público a ver "Viva el Domingo", trasmitido por el canal regional Telepacífico, donde ella era la que se robaba los aplausos (no en vano era la presentadora estrella). Y desde niño siempre me encantó.
Crecí oyéndola en la radio, leyendo en la prensa los elogios hacia su carrera, coleccionando algunos recortes de prensa (que aún conservo) con sus fotos, como debe de hacer un buen fanático o seguidor con su estrella.
Y bueno, debo de agradecerle mucho a la vida porque tuve la oportunidad de conocerla, frente a frente, hablar con ella, su autógrafo en un cd que me gané en la emisora en la que ella trabajaba en ese momento, llamarla de vez en cuando a la emisora a saludarla. Y cuando cambió de estación (de una de música pop pasó a una crossover o rumbera, no sabría cómo definirla) también me pasé con ella... Tuve la oportunidad de que fuera a mi casa un domingo, mientras salía con sus compañeros de programa llevando premios a las casas de sus oyentes (mi mamá dice que su perfume se quedó impregnado en nuestro teléfono varios días). Y siempre me reconocía, y bueno, sonreía como sólo ella puede hacerlo cuando me veía.
Ahora Ana María Bayer vive en Tampa, Florida, y está muy bien, tiene tres hijos, y sigue encantando a los oyentes con su voz. Hace poco la encontré en el facebook y bueno... no pude evitar agregarla, mandarle un mensaje diciéndole que aquí en esta ciudad del trópico sigue teniendo un fan, uno que espera algún día poder volverla a oír en la radio así sea dando un saludo o una entrevista, decirle que ahora soy un comunicador al igual que ella y que por ella es que me gusta tanto la radio.
Me siento tan afortunado de haber conocido a una de esos personajes que tanto nos llaman la atención y que creemos inalcanzables... pero no, en mi caso sólo bastó con estirar la mano para acariciar un pedacito del cielo.
PD: Y para los que no la conocen... la mujer en las fotos es Ana María Bayer...